martes, 23 de septiembre de 2014

No soy muñeca de cartón

No soy muñeca de cartón que con simples gotas de lluvia se destruye. 
Ni muñeca de cartón que se mueve al ritmo de tus manos. 
No soy muñeca de cartón que puedes romper rasgar, y nunca arreglar.... 
No soy muñeca de cartón soy mujer que se renueva si se desgarra, que se arregla cuando se rompe. 
Soy mujer que se puede mojar en la lluvia, sobrevivir en las tormentas. 
Soy mujer que vive y que siente, soy mujer que llora y ríe
soy mujer con ojos vivos.
No soy muñeca de cartón soy mujer con voluntad, con ganas y fuerza.



Zulma Ríos

miércoles, 19 de marzo de 2014

Retazos

Buscas a alguien,
miras a tu alrededor,
no hay nadie........
Gritas, el silencio
es el único que escucha,
te detienes, el suelo,
ensangrentado, manchado.
¿Dónde esta quien buscas?
¿Acaso te abandona?
Un silencio, lagrimas
bajas la mirada.
Cuerpos de pequeños,
sus vidas interrumpidas,
partes humanas observas
por doquier.
La vida humana extinguida,
vida humana mutilada;
caminas un poco mas,
todo huele a muerte..
Y tu preguntas 
¿Quién es autor de
esta atrocidad?
Alguien responde
-la ambición humana
volteas ¿quién buscas?
Ha llegado.
Lloras, 
lo abrazas
mientras dice:
-No los abandone, 
ustedes me olvidaron.

domingo, 29 de septiembre de 2013

La montaña de las torres (Parte II -Fin) ^^ espero les guste^^

Primera parte Léela aquí
II
Un sueño extraño
- Kimmy ¿Dónde estás? ¿Qué lugar es este? ¿Dónde estoy?
Ha donde quiera que volteara Leny, todo lo veía blanco, pero escuchaba murmullos, ruidos extraños mezcla de alarmas, sonidos que recordaba haber escuchado alguna vez, escuchaba personas hablar, ¿Qué decían? no entendía nada, pero de alguna forma sabía que hablaban de ella, sintió miedo - ¿Qué era eso? ¿Por qué todo era blanco?-  Pronto, noto que su cuerpo lo sentía diferente, ligero, pero de un momento a otro se volvía pesado, así estuvo un buen rato, sentía que volaba para después sentirse rígida cayendo en algo duro y metálico.
De un momento a otro se encontraba en la cueva con Kimmy, escuchando su voz que le decía no vayas a la montaña, aquí estas protegida,  las voces que había escuchado ahora eran lejanas, como si vinieran de la montaña,  aquella montaña con esas torres blancas, ella sentía que caminaba pero no tocaba el suelo, sintió miedo, la voz que le decía –Leny Tranquila, no pasa nada- la sentía casi en sus oídos, Kim estaba tratando de despertarla.
Leny abrió los ojos, se tranquilizó al sentir esos brazos alrededor de su rostro
- Kim, tuve un sueño raro-
- Estabas muy alterada Len, por eso te desperté- dijo él acercándose a su boca y dándole un tierno beso en los labios sabiendo que ya le queda poco tiempo para estar con ella – Len se quiso apartar pero no pudo evitarlo, poco a poco se estaba enamorando de Kim, pero no permitiría que él se diera cuenta, no él no tenía que notarlo así que lo empujo y se acomodó para dormir con una sonrisa en los labios.
- Buenas noches hermosa- Pronuncio Kim con una voz muy tierna.
Ella no contesto fingió que estaba dormida.

III
Dudas
-Tengo, que hacer algo, pensaba Kimmy, se me está acabando el tiempo, tengo que hacer algo antes que ella se dé cuenta de todo. Eso pensaba él mientras caminaba hacia un espeso follaje, -No puedo irme sin ella, la quiero, tiene que irse conmigo, el sueño que tuvo fue muy claro, no debe ir NUNCA  a la montaña.
- Hola Kim, ¿Por qué me besaste anoche?
- Es mejor pedir perdón que pedir permiso, dicen por ahí.
- Len, estamos tú y yo juntos aquí, yo quiero que siempre estemos juntos.
- ¿Tu sabes qué hay en la montaña?
- Len, ¿no me escuchaste?
- Sobre prometerte no ir a  la montaña…
- No me refiero a eso, Len, mírame por favor.- Puso una cara muy tierna y con una voz dulce dijo despacio y cerca del oído de Lenny- ¡Quiero estar contigo siempre!
- Con esos ojos verdes, casi me convences – Contesto ella tratando de parecer indiferente.
- Lo digo en serio.
- Soy la única mujer que tienes a tu alcance, mejor te ayudo a buscar frutas.
El lugar donde estaban realmente era hermoso, como si fuera el paraíso, o algo muy similar al paraíso, Leny sentía que había algo más allá, que su deber era ir a la montaña, no sabía cómo ni a qué pero esas torres de la montaña la intrigaban tanto, aunque le dijo a Kimmy que le ayudaría, realmente se quedó de pie, observándolo y preguntándose ¿Por qué lo vio tan extraño aquel día? 
¿Qué había pasado realmente? Pero, era imposible, aparte de su mirada no recordaba  nada, le llego un vano recuerdo y pensó que tal vez recordaría más cosas, pero no, al contrario, cada vez recordaba menos, ni siquiera sabía ya como era el rostro de su madre, solo esa mirada de Leny mientras la salvaba, pero ha si antes había escuchado un fuerte estallido, un golpe y algo,  algo, que rechinaba…. Ahí terminaban sus recuerdos, era todo lo que podía saber de su vida antes de estar ahí con Kim. Pero, ¿Cómo desaparecieron todos? ¿Qué fue de las demás personas? ¿Su madre? ¿Su padre? ¿Tenía hermanos? No lo sabía, intentaba buscar un recuerdo, nada, solo vacío y otra vez ese fuerte estallido lo escucho como si estuviera pasando…
-Len, vamos apresúrate ven mira lo que encontré-
-¡Es hermosa¡- exclamo mientras, cortaba la flor que Kim le mostro, para colocársela sobre la oreja derecha.
-¡Pareces un ángel¡
-No exageres, Kim.
- De verdad, Len, sabes, no quiero separarme de ti, espero que nunca me odies.
-¿Por qué habría de hacerlo? Tú, siempre has estado a mi lado, me salvaste la vida aquella noche.
- No, no te salve en realidad, fui un egoísta, lo siento pero quiero que sepas que lo hice para estar contigo.- La abrazó, la tomó por la cintura mientras susurró en su oído – ¡Te amo¡
- Todo tiene que ver con las torres, ¿verdad?
-Len, si todo tiene que ver con las torres…
-¡Quiero ir a la montaña ¡A veces escucho como si en las torres estuviera algo que es mío, sé que tengo que ir a la montaña.
-No entiendes nada, Leny, la montaña solo nos va a separar. –
Kimmy se fue caminando sin rumbo, caminaba muy aprisa, molesto, ¿Cómo es posible que no escuche? ¿Él que arriesgo todo por estar con ella? Será posible que el esfuerzo no valiera la pena, pero oh, claro que si había valido, el tiempo que la tuvo nadie se lo quitaría, el abrazarla, cuidarla, quererla,  tenerla ahí, juntos los dos lo que toda su vida había soñado, era un milagro, esos tiempos extras con ella, sabía que nadie más nunca tendría ese momento especial, él podía leerlo en esas miradas ella le decía que también lo amaba, aun cuando ella no le decía nada.
***
Mientras, Kim se alejaba, Leny pensaba ¿Será posible? ¿Realmente me ama?  Pero la pregunta importante aquí es, ¿yo lo amo? Si, lo amo, pero no quiero que el se dé cuenta, no quiero que lo sepa.
Con esas preguntas caminaba hacia el lugar donde Kim había preparado como refugio,- Yo necesito saber,-Pensó-Kim quiero las respuestas, pero, ¿Por qué no me las dice? Lo único que sé es que tengo que decirle que no lo amo, y si me voy a la montaña, él dijo que las torres nos alejarían para siempre, pero, ¿Es realmente lo que quiero? Me ha cuidado tanto que no me animo a decirle, sí, creo que lo mejor será huir hacia las torres. Mañana, cuando él vaya a buscar el desayuno me iré.
Y esa voz de pronto apareció
-       Leny ¿Recuerdas cuando eras niña? – Esa voz dulce solo podría ser de alguien que la quería, tenía que ser de su madre.
Su mente quedo invadida por algo, parecía una foto, Leny quería realmente saber quién era la de la foto, ¿soy yo? Pensaba, en realidad no lo sabía, sus recuerdos la estaban dejando, estaba segura que de alguna forma cada respuesta la encontraría en la montaña de las torres.
-Tengo que ir a la montaña,- Dijo en su cabeza mientras cerraba los ojos para dormir.

IV
El océano
Esa noche fue extraña, diferente a todas las que había pasado bajo el cuidado de Kimmy, él durmió alejado de ella, se había despertado ya, y no se molestó en darle los buenos días a Leny, - Mejor así- pensó ella; no se lo he dicho, pero es obvio que piensa que no lo amo.
Ella se sentía culpable, creía tener una deuda con Kim, pero no quería, seguir con él si no le decía la verdad, además, tal vez él tampoco la amaba, era la única mujer por lo que en realidad podría estar confundido porque ella era la única en ese lugar, - La única –Murmuró ¿O no? Tal vez en realidad, me quiera. –Dudó.
Leny se levantó de la improvisada cama hecha con madera y algunas ramas de árboles que tenían que estar cambiando constantemente, se amarro bien las agujetas de sus botas, se recogió el pelo, es extraño pensó – Toda mi ropa es igual, toda mi ropa son vestidos blancos, sencillos- Se sorprendió por algo que no debió haberlo hecho, tenía bastante tiempo en ese lugar.  Salió del refugio y camino hacia donde estaba la montaña, ahora, pensó, necesito una canoa, mientras iba caminando se dio cuenta que había una justo en la orilla del extraño océano, era la primera vez que lo miraba tan cerca era un océano sin color, no era azul, no era verde, no tenía color.  Kimmy nunca la dejaba llegar hasta esa parte, pero ella sabía que él si iba, aunque no tocaba el agua nunca.
Y ¿los peces? -Se preguntó.
-Ven Leny, camina hacia la montaña, te necesitamos- Escuchaba esa voz más seguido últimamente…pero ahora la escuchaba con más volumen, claro, solo podía ser porque la montaña estaba a muy poca distancia.
 Vio algo moverse, era una especie de pez muy extraño, tampoco tenía color, pero lo podía distinguir en esa transparente agua, avanzaba muy rápido como si tuviera un destino muy marcado, pero no hacia ondas en el agua, solo se movía.--¡¿Qué es esto?!- Exclamó
-       Son las almas- contesto Kim
-       Kimmy, ¿Estas volando?
-       Aquí, yo puedo volar Leny, menos mal que llegue a tiempo, antes que entraras en el océano.
-       Kim, no, yo tengo que ir a la montaña, sé que haya es donde pertenezco.
-       ¿Lo sabes? ¿Qué sabes?
-       Escucho que me hablan, sé que es mi familia.
-       Leny, tú y yo estamos vivos, todos los demás están muertos, la montaña nos separará, en ese lugar morirás, yo te amo preciosa, no podría seguir sin ti - se acercó a ella, pero sus ojos estaban cambiados, el verde parecía rojo, Leny no se dio cuenta, porque en ese momento le daba la espalda – ¿Es que no lo entiendes? ¡Maldición! Len tu familia ha muerto, todos están muertos, tu y yo no, quédate a mi lado, ven, este no es el camino Leny…
-       Pero, yo quiero ir a la montaña… siento que no me dices toda la verdad.
-       Leny lo hago por ti, por nosotros, somos los únicos que han sobrevivido, fue una catástrofe. ¿Entiendes? – luego añadió con un tono dulce.-Si, yo sé que entiendes, ven – Sus ojos volvieron al verde original antes de que Leny se diera cuenta del cambio. Pero surtieron el suficiente poder, para lo que Kim necesitaba, dormirla.
V
Hacia la torre
-Ven, con nosotros Leny, te queremos, te necesitamos- Escuchaba otra vez Leny. Ya no sabía si estaba despierta o dormida, se sentía como si flotara, junto con esas voces, escuchaba sonidos como de botones o alarmas…
- Len, ¿te sientes bien? – Pregunto  Kim.
Leny abrió los ojos espantada, buscando a Kim con la mirada, fue en ese momento que se dio cuenta que no podía mover las manos, tampoco los pies, estaba atada en la cama.
-¿Qué has hecho?
-Lo siento, Len, pero es lo mejor te quedaras aquí conmigo para siempre, es que no te gustan, los paisajes tan bellos que nos rodean.
-Nadie, vive para siempre Kim, ¿Me tendrás siempre atada?
- Solo, hasta que llegue el momento…
-¿Cuál momento? ¿De qué hablas?
-Del momento en el que podamos seguir caminando por la vereda que está entre los arbustos de las flores rojas. No la has visto, porque no es tu momento, pero yo la veo y sé que pasaremos los dos juntos, cuando tú la puedas ver,
- Y ¿Cuándo será eso? Len.
-El día que dejes ver la montaña, solo ese día podrás ver la vereda y caminaremos juntos por ella. Ahora vuelvo tengo algo que hacer.
Cuando Kimmy salió del refugio ella intento moverse, lo logró, poco a poco, se movía tratando de rodar la cama, mientras más rápido se movía escuchaba las voces otra vez, al mismo tiempo veía una habitación blanca,  aquellos sonidos extraños regresaron era como un PI PI PI PIIII PI, no sabría describirlo.  Se siguió moviendo, tengo que ir a la montaña de las torres- Pensó Leny, se dio cuenta que esta vez no estaban sus botas, se sintió extraña, mientras caminaba descalzada se sentía pesada se dirigía al exterior del refugio, tenía miedo de que Kim apareciera en cualquier momento.
-¡Leny! te dije que no fueras a la  montaña
-Tengo que ir, - Grito ella muy enojada- Tu no me amas, me ataste como a un simple animal, no eres mi dueño, déjame en paz.
Esta vez no podía controlarla, algo extraño pasaba pero sus ojos ya no tenían ningún efecto en ella, ahora no podía dormirla.
Kim intento detenerla, -Por qué serás tan terca Leny?
-¡Kim suéltame!- grito ella mientras trataba de zafarse de las manos de Len, lo pateó, le rasguño el rostro, hasta que al fin él la soltó, Leny tomo una piedra y le pego en la cabeza lo suficiente como para lograr correr hacia el ya estaba cerca, sabía que Kim una vez que ella estuviera pisando el esa agua transparente no la seguiría, no entendía por qué, pero si ella intentaba cruzar el lago nadando, él se quedaría en la orilla.
Leny levanto el rostro solo para ver a la mujer que amaba, meterse al agua, él sabía que ella nadaba muy bien, porque la había visto antes de estar en ese lugar.
Leny nadó, lo más rápido que sus piernas y brazos le permitían, estaban cansados, adoloridos, entre más cerca de la torre se encontraba más claras escuchaba las voces –Leny, no he dejado de visitarte, todo este tiempo, sé que lo lograrás, ¡Tú puedes hija! - Pareciera que la dueña de la voz sabía que estaba luchando por escapar, luchando por saber la verdad ¿Qué hay en la montaña de las torres blancas?, llego cansada, agotada a la orilla de la montaña y para su sorpresa encontró una escalera que iba hacia la puerta principal, toco el primer escalón con sus manos, pues no se podía poner en pie el cansancio la estaba matando, se durmió.
VI
Despierta Leny
¡Joven despierta de un coma de cinco años!
Esa era la noticia máxima del día, en el hospital “Las Torres” no dejaban de entrar y salir reporteros que querían entrevistar a Lenina Montes
-¡Buenos días Hija! ¿Cómo te sientes?
- Bien Mamá.
-Has creado una conmoción en toda la ciudad, hay miles de reporteros queriendo entrevistarte.
-No, no sabría ni que decirles mamá.
-No te preocupes, hija el doctor les ha dicho que tu estado de salud no te lo permite, se calmarán después de unos días.
-Mamá ¿Qué paso aquella noche en el accidente?
- Saliste enojada de casa y chocaste, hija pero no es necesario que lo recuerdes.
-Tengo que hacerlo, cuéntame por favor, ¡Te lo ruego!
-Dime, ¿Quién iba en el otro coche?
-El hijo de nuestro vecino, se llamaba Kimmy.
-Y ¿Murió? ¿Kimmy murió?  
-Sí, Kimmy murió esa misma noche.
-Mamá, necesito estar un rato sola.-  Exclamó Lenina mientras impedía con todas sus fuerzas que las lágrimas salieran de sus ojos.
-Está bien, hija pero recuerda que ya nos iremos a casa, te dejaré sola, mientras termino los tramites del hospital. ¡Te amo, hija!
-Yo también mamá.
VII
Esa noche Leny durmió en su habitación, estaba tal y como la última vez que durmió en ella, los muñecos de felpa, en el mismo lugar una estantería junto a la ventana, sus libros favoritos colocados en su mesa de noche, se sentó en el borde de la cama y tomo uno de ellos, trataba de un muchacho que encontraba un dragón , el último que quedaba en el reino, se rió pensando en lo mucho que quería ese libro, decidió leerlo y lo hizo, lo leyó hasta que se quedó dormida.
-¡Hola Leny¡
-¿Kimmy?
-Ahora, lo entiendes todo ¿verdad? Leny, la torre blanca es el camino hacia la vida, donde nosotros estábamos es lo que está en medio entre la vida y la muerte, el océano transportaba las almas que nacerían, yo no podía tocarlo porque yo estaba muerto, ni siquiera podía volar sobre él, perdón por mentirte, yo nunca te salve, al contrario siempre intente que murieras, solo así podríamos estar juntos eternamente, pero quiero que sepas que no tomaré la vereda de las flores rojas hasta el día que regreses aquí conmigo para irnos juntos. Nuestras almas están conectadas, siempre lo han estado.
-Kim, eesperaa…
-Es tarde Len, tú decidiste vivir, para ti hubo oportunidad no para mí, que morí al instante, ¡Perdóname! por no dejar que regresaras antes.
-Kim, yo te amo, ahora que estoy aquí me he dado cuenta que fue un error regresar, quiero irme contigo.
- Tu lo decidiste así, Leny, ahora tengo que irme, ya sabes dónde encontrarme. Solo prométeme que sabrás esperar.-Dijo esto, al mismo tiempo que desapareció.
Fin
 
 







Epílogo
Leny, se convirtió en una pintora famosa, y como no hacerlo si pintaba cada hermoso paisaje que vivió con Kim, los mejores momentos de su vida el tiempo que estuvo en coma. Sus galerías siempre estaban repletas de personas interesadas en sus cuadros, esa noche se sentía melancólica, triste, sola, muy sola, tomó unas píldoras que se encontraban en su buró, eran para relajarse y dormir tranquila, se acomodó el pijama, se metió entre las sabanas de su cama, durmió plácidamente tranquila.
Al día siguiente se corrió la notica muere mientras dormía la talentosa Lenina Montes, muere sin herederos, no tuvo hijos porque nunca encontró el amor, aunque ella siempre decía “mi amor me espera”.
***
      -Dame tu mano Leny.
-Kim, tenías razón son hermosos los arbustos de las flores rojas, así que este es el camino ¿A dónde vamos?

-A amarnos por siempre, a amarnos eternamente, no tengas miedo.        

lunes, 9 de septiembre de 2013

Historias de Páginas

¿Te gustan los libros? Entonces puedes ver mi otro blog  http://historiasdepaginas.blogspot.mx/ donde encontraras todo lo relacionado con libros que me gustan y a ti también te pueden gustar

historias de páginas

La montaña de las torres (Parte I)

Primera parte de un cuento que escribí para un proyecto de booktubers.
I
Kimmy y Leny
Leny ya no se acordaba como y cuando había aparecido, ni siquiera estaba segura de nada, absolutamente nada de lo que ella sabía, existió un antes, un tiempo en el que todo era perfecto cuando vivía con su familia. No sabía de qué manera pero sí que todo se relacionaba con la montaña, aquella que se vislumbra lejos, en medio del agua, en medio del lugar en el que según Kimmy todos murieron.
- Kimmy, ¿Es cierto que antes el cielo era azul?
- Si, Leny el cielo era azul y había pájaros volando ¿ya no te acuerdas?
- Siento que estoy en un sueño y un día despertare y veré de nuevo a mi madre.
- No, Leny esto es la realidad no estamos soñando.
- Lo sé, es solo que extraño a mi familia, ¿Qué es lo que habrá allá en la montaña?
- No lo sabemos Leny, solo sabemos que si vas allá te mueres- contestó Kimmy, le mintió porque era necesario, necesario para él.
Más o menos, así eran las pláticas entre Kimmy y Leny. Algunas veces hablaban de que podría haber vida en otra parte, Kimmy se encargaba de recordarle que en caso de ser así, no podrían saberlo mientras tanto solo se tenían ellos dos, el uno al otro para protegerse.
Kimmy un chico alto, pero demasiado delgado (como no estarlo después de todo lo que ha tenido que enfrentar), cabello oscuro, lacio y abundante; le gustaba dejárselo crecer un poco por la parte de enfrente, el negro cabello que medio tapaba las cejas rectas y pobladas de Kimmy, contrasta con sus ojos verdes, sus labios son prominentes, bien marcados, pero hay algo en él, que lo hace más interesante aún, lo hace más atractivo que ese porte varonil, su voz, una voz que es difícil de describir, pero es ese tipo de voz que quieres escuchar una y otra vez. Kimmy observaba detalladamente a Leny, quien era unos pocos centímetros más
pequeña, tenía una buena figura a pesar de la escasez de alimento a la que obligadamente se sometía, cabello castaño semi ondulado, ojos grandes, color café; él sabía que ninguna mujer que conoció antes tenía un rostro tan hermoso, con esos ojos tan dulces e inocentes; labios finos, le parecía hermosa aunque más que su físico, lo que realmente le importaba saber, era que es lo que pensaba, ella siempre estaba soñando con el pasado, Kimmy sentía miedo que esa obsesión de Leny por el pasado, terminara separándolos, él se da cuenta que ella está a punto de decirle algo.
-¿Por qué no me dejaste morir ese día?
- No pude Leny – Contesto, con una tristeza en los ojos.
-Dejaste morir a tu mamá por salvarme.- dijo con firmeza-!Vamos Kimmy! ya no soy una niña, ¿Qué te hizo dejar a tu madre moribunda en el suelo? ¿Por qué me salvaste? ¡Ya¡ merezco saberlo.- dijo con un tono muy irritado.
- Leny, mi madre ya no tenía salvación, tu si, aún estabas con vida.
- Esa, no fue la única razón, tu viste algo lo vi en tus ojos, no estaba tan pérdida, recibí un golpe en la cabeza, pero distinguía podía ver todo aunque no podía hablar, actuaste extraño, vi una mirada en ti que nunca había visto, Kim, luego esa luz, después nada, no puedo recordar nada, sólo a ti rodeando mi cuerpo para calentarlo, para que no muriera de hipotermia…
- Fue el golpe, el frío, la conmoción, lo imaginaste…
- No, por favor no me trates como si estuviera loca, creo que nunca me lo dirás, -Se resignó Leny- quiero ir a la montaña…
- ¡NUNCA! - Grito Kim – Júrame que nunca iras a la montaña.
- Está bien, ¡Qué genio¡ apagaré el fuego para dormirnos.



miércoles, 19 de junio de 2013

Movie recomendacion: The Kid

Esta es una pelicula muy viejita pero muy hermosa es de cine mudo,fue estrenada en 1921
Se trata de una mujer que da luz a un hijo no deseado, el cual deja en un coche lujoso, para que la familia dueña del auto se haga cargo del bebé, pero el auto es robado  y .... mejor veanla

Ella no quiso bailar

Ella no quiso bailar, mientras aquel gallardo joven rechazado daba vueltas con la mirada, buscando a otra chica, que sea tan o mas guapa que ella, no podía creer que no quisiera bailar con él, no encontraba a nadie, ninguna chica era mas bella que ella, pero, ¿Quien era ella? nunca la había visto en el pueblo. 

Ella se levanto, dirigiéndose al tocador, ahí frente al espejo mirándose, observando sus grandes ojos, color miel, su cabello castaño (lucia un poco raro) no parecía ser de ella, se veía tan perfecto como una peluca o quizás eran extensiones, Ella hablaba pero no se entendía lo que decía parecía quejarse, las mujeres que entraban y salían del baño la observaban un poco asustadas con una expresión de asombro, de sorpresa y de morbo; Ella, comenzó a llorar ante la mirada de esas mujeres extrañadas, parecía quejarse pero, ¿De que se quejaba? 

Si, se quejaba de eso, de la sociedad de esas miradas que no la comprendían, Ella se quejaba de su cuerpo al que no quería, ella se quejaba de la incomprensión, se quejaba de su familia que la abandono al enterarse de lo que Ella era.

Se quejaba de Ella de haber nacido así, se quejaba de ella que no comprendía, que no aguantaba mas vivir así. 

Ella se quejaba de sus compañeros de la escuela que se burlaban; de los maestros que no hacían nada para detener las burlas e incluso los golpes que le propinaban, ella se quejaba de los hombres que no la amaban y hasta se burlaban de sus mas puros y sinceros sentimientos. 

Si, ella se quejaba de que la sociedad aun no estuviera lista para que ella viviera aquí. 

Ella no quiso bailar pues temía que se dieran cuenta que su cuerpo era de hombre, por eso ella lloraba por ser una mujer encerrada en un cuerpo de varón.